lunes, 20 de enero de 2014

2013/12/29 Crónica salida al Real de la Jara (1ª Parte)




Este día formamos un buen grupo de aficionados; Mari Reyes, Jero, Manolo Tango, Manu, Felipe Zambrano, Jacques Meuli y el que escribe. Tras primer encuentro en la gasolinera de la entrada del pueblo, esta vez no me tuvieron que esperar, llevamos a la expedición al sitio de observación muy cerca del pueblo.
Comenzamos a montar, llegó la noche y la temperatura cayó en picado. Aquí comenzaron a oírse los primeros lamentos “No me noto los dedos de las manos, Uff los pies, vaya afición cabrona”. Primero Mari Reyes y en segunda tanda Felipe y Jacques, a eso de las 24:00 horas solo quedamos la mitad de la expedición, soportando muchísima humedad y -3 grados que dejaron totalmente escarchado todo lo que nos rodeaba, equipos incluidos. Los vasos de chocolate caliente danzaban sobre la mesa como si de patinadores sobre pista de hielo se trataran. No tardamos mucho más, y a eso de las 01:30 recogimos porque ya no había quien soportara en esas condiciones.
Bueno, comienzo con la observación.


Equipo utilizado:
Prismáticos Skymaster 15x70



Objetos observados con prismáticos:


Para dar su primera luz a los prismáticos (Skymaster 15x70) que los Reyes Magos me han traído por adelantado, apunté a unos clásicos que no defraudarían:


- NGC 869 y NGC 884 (Doble Cúmulo de Perseo). Increíble, impresionante y bellísima imagen la que ofrecieron los prismáticos de estos dos grandes conglomerados de estrellas blanco-azuladas salpicadas con algunas rojas para darle, si cabe, más vistosidad al conjunto. Una curiosa catenaria de estrellas de diferentes magnitudes hace de unión a estos dos cúmulos con los ríos de estrellas que limitan con la zona de Casiopea. Comellas nos cuenta lo siguiente al observarlos con prismáticos: —el espectáculo, por la concentración de estrellas y su brillo integrado, es inenarrable, y queda enriquecido por la magnificencia de los alrededores—.


- M 45 Las Pléyades (Cúmulo abierto en Tauro). Toca ahora el turno al que para la mayoría de nosotros es el rey de los cúmulos abiertos. Os aseguro que nunca había disfrutado tanto de este objeto como con la visión que me ofrecieron estos prismáticos, llenando y enmarcando perfectamente el campo con estrellas brillantísimas. Curiosamente, al igual que con el Doble de Perseo, tiene otro grupito de estrellas en forma de catenaria. Las Pléyades son siete hermanas hijas de Pleione y de Atlas, pero visualmente la mayoría solo alcanzamos a distinguir seis estrellas, Comellas nos cuenta una curiosidad al respecto: — Tal le ocurría al poeta Ovidio, que halló una bella explicación a su incipiente miopía: las Pléyades son siete, pero no se ven más que seis, porque una de ellas, Electra, se tapó los ojos para no ver el incendio que devastó a Troya—.


- MEL 25 (Cúmulo abierto en Tauro). Se trata de las 7 hermanas por parte de padre de las Pléyades (se ve que Atlas las hacía de siete en siete). Las Híades murieron de pena tras la muerta de su hermano Hiante. Después de observar los cúmulos anteriores… pues qué decir, se queda un poco en desventaja en cuanto a vistosidad. Se trata de un cúmulo tan disperso que, en mi opinión, gana en vistosidad observándolo a simple vista.


- M44 El Pesebre (Cúmulo abierto en Cáncer). Me pasa con este cúmulo como con las Híades, es demasiado disperso hasta con prismáticos. No acabo de cogerle la gracia a este objeto.


- M36, M37 y M38 (Cúmulos abiertos en Auriga). El paseo por Auriga y encontrar primero a M37, para después aparecer en el mismo campo M36 y M38 es indescriptible, además, como no podía ser menos por la zona en la que nos encontramos de la Vía Láctea, el campo está repleto de ríos de estrellas.



Objetos observados con telescopio… Lo dejaremos para una próxima entrega ;)
Mi plan de observación se centró en terminar con los objetos de la constelación de Cefeo detallados por Comellas en su libro Guía del Firmamento.


Saludos;
Manuel Alfonseca

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